Psalms 121

Cántico de los peregrinos

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1 ss. Salmo de peregrinación a la Ciudad Santa. El hebreo dice expresamente que es de David y lo mismo dicen las versiones de Aquila, Símaco y un códice de los LXX. “La ausencia de esa mención en las otras versiones, dice Fillion, no es razón suficiente para que dudemos de su autenticidad, y por otra parte no puede aportarse ningún argumento concluyente contra la verdad del hecho que ella enuncia: David habrá sin duda compuesto este cántico después de la traslación del Arca al monte Sión.” El santo Rey tuvo su trono en Jerusalén (Salmo 100), pero aquí la contempla con alcance profético y mesiánico (cf. Salmos 92-99), viendo en ella glorificada su casa como en II Reyes 7, 19 y hablando del Templo y de una Jerusalén reedificada y magnífica, como en Ezequiel 40-48, en tanto que a la vuelta de Babilonia la ciudad estaba en ruinas y así quedó por más de ochenta años hasta el año vigésimo de Artajerjes Longimano (Nehemías 1, 3). Cf. Salmo 84, 1 y nota.
Cántico gradual. De David.
Me llené de gozo cuando me dijeron:
“Iremos a la Casa de Yahvé.”
2Ya se posan nuestros pies
ante tus puertas, ¡oh Jerusalén!
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3. La ciudad (por antonomasia): Así también Calès, el cual prefiere asimismo seguir a los LXX en lo restante del versículo, refiriéndolo a la comunidad de los habitantes más bien que a la arquitectura de la ciudad. El nuevo Salterio Romano vierte: Toda compacta en sí misma ; Nácar-Colunga: bien unida y compacta; Bover-Cantera: construida y bien trabada. Alusión al conjunto armonioso y unido de la ciudad (cf. Tobías 13, 20 s.; Isaías 54, 11 s.; 60, 10 ss., etc.) y a la vez a la solidaridad religiosa y social del pueblo unido bajo un rey poderoso que ejerce la justicia (versículo 5; cf. Jeremías 33, 14-16), expresándose así la plenitud ideal de la vida civil. Cf. Salmo 71, 7 y 16.
Jerusalén, que estás edificada,
como la ciudad
cuya comunidad le está bien unida.
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4. Allá suben: Se trata aquí no de los peregrinos, sino de todas las tribus de Israel, reunidas ya en la gran ciudad, a la cual tres veces al año todos los israelitas tenían que peregrinar: para las fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos (Éxodo 23, 14 ss.; 34, 23; Deuteronomio 16, 16). Para celebrar: Dom Puniet traduce: para confesar. Cf. Salmos 64, 2; 86, 4 y notas: Jeremías 3, 18; 31, 1 ss.; Ezequiel 37, 15-23, etc.
Allá suben las tribus, las tribus de Yah;
es ley para Israel
celebrar allí el Nombre de Yahvé.
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5. Sobre el alcance mesiánico de la casa de David véase versículo 1 y nota; Salmos 88, 28-38; 131, 11 ss.; Isaías 9, 7; Ezequiel 37, 24 s.; Lucas 1, 32; 22, 29 s.; Hechos 15, 6 citando a Amós 9, 11. s. etc.
Allí se han establecido
los tronos para el juicio,
los tronos de la casa de David.
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6 ss. He aquí los sentimientos que ha de tener el cristiano respecto de Israel. “La Iglesia Católica ha acostumbrado siempre rezar por el pueblo judío, depositario de las promesas divinas... La Silla Apostólica ha protegido a ese pueblo contra injustas vejaciones… Asimismo condena… ese odio que hoy suele llamarse antisemitismo” (Pío XI). Saludad. Así también Wutz. Lo que sigue expresa el contenido de esa salutación: paz y felicidad sobre la Ciudad Santa.
Saludad a Jerusalén:
“Gocen de seguridad los que te aman;
7reine la paz dentro de tus muros,
la felicidad en tus palacios.”
8Por amor a mis hermanos y amigos
exclamo: Paz sobre ti.
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9. A causa del Templo: Cf. Salmo 67, 30 y nota. Te auguro: Así también Vaccari. Otros vierten: anhelo para ti.
A causa del Templo de Yahvé nuestro Dios
te auguro todo bien.
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